MOTIVOS NO LES FALTAN - COLOMBIA 2021

Belén Rodríguez Chamorro


Jueves, 2 Septiembre, 2021

El uso de las redes sociales nos produce un falso sentimiento de (híper)conexión. Lo que suele ocurrir es que seguimos un hashtag, compartimos una publicación y… “a otra cosa mariposa”. La información nos llega tan rápido, tan abundante, que no hemos terminado de postear sobre algo que está ocurriendo en el otro lado del planeta (y sobre lo que no hemos necesitado investigar absolutamente nada porque Twitter es la nueva enciclopedia Larousse) y ya “tenemos que” reivindicar el nuevo trending topic del momento. Sin embargo, la realidad es que estos acontecimientos siguen produciendo enormes efectos sociales, políticos, económicos y medioambientales también cuando dejan de tener nuestra atención. 

Un ejemplo de ello fueron las protestas que iniciaron el pasado 28 de abril en Colombia y que llenaron las redes sociales con el hashtag #SOSCOLOMBIA ante los fuertes enfrentamientos entre los manifestantes y las autoridades. Aunque en su mayoría las protestas fueron pacíficas, fueron semanas muy tensas y de largas jornadas de manifestaciones, bloqueos y enfrentamientos.

A la misma velocidad que se retransmitían por redes las fotos y vídeos de los enfrentamientos entre la primera línea y la policía, se compartían explicaciones sobre qué había desatado tanta furia entre los jóvenes del país. 

La explicación oficial fue que el detonante del Paro Nacional, o “el Paro”, como así lo llaman, fue el (fallido) proyecto de ley de reforma tributaria, denominada por el actual presidente como “Ley de Solidaridad Sostenible”, ideada para ampliar la recaudación del Estado en 23.4 billones de Pesos colombianos y así compensar las consecuencias de la crisis económica ocasionada por el COVID, estamos hablando del nivel de deuda pública más alto de la historia (en torno al 65% del PIB) y un déficit de 7.8%.[1]

En este sentido, el paro logró su objetivo, ya que a los pocos días el presidente anunció la retirada de la reforma. Sin embargo, el paro no culminó con este anuncio de Duque sino que se mantuvo durante semanas y de hecho, todavía no ha cesado por completo, si bien la última convocatoria el pasado 26 de agosto fue mucho menos concurrida y polémica que las anteriores[2]

En los últimos años Colombia se ha mostrado ante el mundo con un esforzado lavado de imagen tras la firma del tratado de Paz, abriéndose al turismo y permitiendo que muchos fuéramos a conocer lo mejor que tienen en este país: su gente, su optimismo y su “berraquera”. 

A menudo nos atrevemos a opinar y a valorar fenómenos y circunstancias que se viven en otros países sin valorar que su historia y su contexto es seguramente desconocido para nosotros. Colombia es un país con enormes particularidades, con una historia reciente muy difícil de entender y con muchos matices que considerar. Por esto mismo, cuando he querido identificar cuales son los verdaderos detonantes del paro me he encontrado con un sentimiento de gran inseguridad. El desconocimiento hacia otras culturas es algo natural, es algo que puede que siempre haya ocurrido, pero hoy algunos jóvenes (y no tan jóvenes) no hemos entendido que este falso sentimiento de (híper) conexión digital es compatible con una absoluta desconexión cultural que seguimos teniendo entre territorios. 

Entonces, ¿qué está ocurriendo para que durante una pandemia la gente salga a las calles a protestar masivamente durante semanas? Mi respuesta es que tratar de explicar el paro nacional sin entender las particularidades históricas de Colombia es demostrar que, efectivamente, no hemos entendido nada. 

Es absolutamente necesario tener en cuenta todo lo siguiente: décadas de corrupción, de guerrillas y de paramilitarismo que han dejado un legado de violencia y miles de desplazados, además de enormes inversiones en defensa[3] en lugar de en educación pública; a los que les siguen su perfecto aliado, el narcotráfico; la marcada historia política entre liberales y conservadores y la estigmatización total de la izquierda[4] y el “castrochavismo”; las enormes diferencias entre territorios que hacen que dentro del propio país te encuentres con culturas muy diferentes entre sí (poco o nada tienen que ver los costeños[5] con los rolos[6]); el desempleo y el empleo informal; la llegada de inmigración masiva venezolana[7] y todo esto combinado con racismo, elitismo y grandes oligarquías que imposibilitan la igualdad de oportunidades.

Cada uno de estos fenómenos nombrados requerirían de un análisis detallado. Pero seguramente hay un dato que no falla, y es que un paseo por una calle “no turística” de una de sus famosas y hermosas ciudades te permite ver que en Colombia no hay pobreza, lo que hay es verdadera miseria, de la que se libran sólo unos pocos. Y no se trata de mi opinión personal, aquí van los datos: un 15.1% de la población vive en condiciones de pobreza monetaria extrema, eso son 7.47 millones de personas, 2.78 millones más que en el año 2019 y el 42.5% de la población vive en situación de pobreza, 21 millones de personas.

Actualmente el Gobierno de Duque espera a que el Congreso apruebe otra reforma tributaria. Lo que debe quedar claro es que Colombia sí que necesita recaudar más pero sobre todo necesita repartir mejor. 

 

[3] Según el informe del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), el gobierno de Iván Duque invirtió en el 2020 9.200 millones de dólares, lo que representa un incremento del 2,5% con respecto al año anterior. Así esta cifra convierte a Colombia en el segundo país de América Latina que más invirtió en gasto militar, el primer país de la región es Brasil. Fuente: https://www.infobae.com/america/colombia/2021/04/26/rechazos-al-alto-gasto-militar-de-colombia-segun-ong-sueca/ 

[4] Crisis en Colombia, ¿quién frenará la violencia?: https://www.youtube.com/watch?v=38BC4Bp7Pog

[5] Personas de la costa, habitualmente se relacionan con afrodescendientes.

[6] Personas de Bogotá.

[7] Hay casi dos millones de venezolanos en Colombia, de los cuales el 90% vive de la economía informal y 56% no cuenta con un estatus migratorio regular, según cifras oficiales. Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-56019820 

 

 

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