El pasado martes 20 de abril el Congreso de los Diputados aprobó en sesión plenaria la Proposición de Ley sobre el régimen jurídico de los animales que supone la modificación del Código Civil, la Ley Hipotecaria y la Ley de Enjuiciamiento Civil, con 295 votos a favor y 52 votos en contra (1).
“¿No te parece, entonces, desvergonzado que quienes no saben qué es el saber pretendan explicar cómo es?” [i] Le preguntó Sócrates a Teeteto. La educación es un imprescindible vehículo de transmisión del conocimiento al posibilitar la evolución individual y social. Sin embargo, la política educativa ha degradado y devaluado el saber y el conocimiento porque, sin que sus líderes entiendan lo que significan en profundidad dichos términos, los han tratado de regular.
Durante el siglo XIX, el centro económico y político mundial era sin duda Reino Unido. Su influencia territorial, su sociedad avanzada y su economía sofisticada permitían a los ingleses ser los dueños del mundo. Sin embargo, a partir de los años 70 del citado siglo, la tasa de crecimiento de los británicos ya era inferior a la de las rentas estadounidenses.
Las fiestas ilegales que suceden en diferentes lugares del país, son imágenes decepcionantes para todos los que estamos cumpliendo las normas y posponiendo nuestras ganas de ocio y diversión. Pero que la semana pasada viésemos imágenes de la policía abriendo la puerta de un domicilio a golpe de ariete, para impedir una fiesta ilegal, me causa asombro en un Estado de Derecho. Y que la respuesta del Ministerio de Interior sea justificar esta actuación porque era “un piso turístico”, y no un domicilio, me causa indignación.