Estamos frente a una partida de ajedrez que marcará un antes y un después en la Historia, donde cada movimiento puede ser definitivo para un resultado que, de momento, continúa en tablas. En un bando encontramos a Theresa May, como leí en un artículo de El País hace pocos días, la estoica capitana que no abandona el barco mientras sus oficiales saltan por la borda; en el otro, distinguimos a la vieja guardia, poniendo en marcha todos sus mecanismos para mantenerse sin fisuras la rigidez de la nación europea frente a la aparente flexibilidad que muestra hacia el exterior.
Profesora de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad de Santiago de Compostela
Miércoles, 20 Febrero, 2019
Esta intervención versó sobre el carácter nacional de las elecciones al Parlamento Europeo (PE), el poder creciente de esta institución en la producción legislativa, así como en la planificación del gasto a medio plazo, y su mayor vinculación a la Comisión Europea tras la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, en diciembre de 2009.
El terrorismo se nos presenta, ante todo, como un género periodístico.
Nos encontramos ante un comportamiento atrabiliario, pero recurrente.
Son “terroristas” los que se organizan para conseguir un propósito político por métodos de violencia extrema, y son percibidos con temor por el grueso de la población.
Lo específico de las bandas terroristas es crear un clima de temor generalizado en la población.
Es la narrativa algo fundamental en la historia del ser humano. Contar lo que sucede, la interpretación de lo que ha sucedido, es clave para la construcción tanto de la formación de las personas como de las sociedades. Los hechos que constituyen la historia pasada son transmitidos a las nuevas generaciones que los integran en su percepción del mundo que ha sido y explica el que le rodea.
Catedrático de Historia Contemporánea, Universidad de Deusto.
Miércoles, 14 Noviembre, 2018
Al parecer los primeros actos terroristas conocidos estuvieron inspirados por el fanatismo religioso. Entre los zelotes, un movimiento judío contrario a la dominación romana, surgieron, en el siglo I de nuestra era, la temible secta de los sicarios, cuyo nombre recuerda su habilidad mortal en el manejo de la sica, una daga con la que degollaban a los legionarios romanos. Como complemento a su actividad criminal, los sicarios quemaban tierras o envenenaban pozos que abastecían de agua a Jerusalén.