La rusofilia española ha tenido una dilatada tradición y a lo largo del siglo XIX y hasta comienzos del XX periodistas, poetas, maestros, historiadores, sindicalistas, militares, sacerdotes, aventureros, magnicidas o simples curiosos visitaron o vivieron en Rusia, para los cuales significó un espejo en el que mirarse. En la década de los años veinte y treinta del siglo pasado, el viaje a la URSS se puso de moda y los españoles regresaban de las «romerías a Rusia» cantando las maravillas de la eficacia de la Revolución.