El escenario Internacional al que nos enfrentamos en este siglo viene definido por la anarquía. La prosa del realismo se impone. En este marco, el estado nación vuelve a recuperar el espacio que la globalización del Orden Liberal le estaba hurtando.
La supervivencia del estado se impone en términos de seguridad (desarrollo económico y seguridad; seguridad exterior e interior), así como se imponen las relaciones de poder entre estados. Las potencias iliberales se lanzaron a una guerra total contra las democracias liberales y crearon un marco conflictual que les fuera favorable, la zona gris.
El esfuerzo en la seguridad del estado involucrará a todo el aparato estatal (whole-of-government-approach) en un esfuerzo conjunto y coordinado.
En este marco se privilegiará la acción exterior (donde se sitúa la amenaza) a través del músculo militar y la diplomacia. Se potenciará el ejercicio de la diplomacia de siempre (económica, coercitiva, multilateral, cultural, bilateral, etc.), con nuevos enfoques (acción y vigilancia en la zona gris) y con nuevos instrumentos que nos brinda la tecnología, a la vez fuente de amenazas y de oportunidades.